En una composición gráfica o en una página web cualquiera, los contenidos textuales son los principales responsables de la transmisión del mensaje al espectador final. En este entorno, por tanto la tipografía es la materia que hace de intermediario entre el receptor y la información propiamente dicha. Los caracteres matizan las palabras y le aportan o refuerzan el sentido. La mala selección de esas formas pueden interferir negativamente en la comunicación. Junto con el color, la tipografía puede alterar por completo el significado que asociamos a un diseño. El texto puede decir una cosa; pero las letras, otra muy diferente.
Lo cierto es que cada familia tipográfica tiene sus propias características y su propia personalidad, que permiten expresar diferentes notas visuales, unas más fuertes y otras más sutiles, unas más refinadas y otras más toscas, unas más geométricas y otras más orgánicas, por lo que la selección de las familias tipográficas a usar en una composición debe hacerse con un amplio sentido de la responsabilidad.
Teniendo en cuenta esto, buscamos en la web y conseguimos un artículo llamado: 19 diferentes tipos de combinaciones tipográficas, las combinaciones que normalmente se utilizan en un titular y el tipo de letra base en un artículo o página Web.
La regla de oro de las combinaciones tipográficas, que es simplemente combinar una de tipo serif y otra de tipo sans serif para efectuar el contraste. Cuanto más alejadas de los estilos de los tipo de letra mejor. Los tipos de letras que son demasiado similares dan como resultado una mala combinación.
Algunas tipografías tienen versión sans y versión serif y suelen formar una perfecta combinación: por ejemplo, la forma serif para el texto y la sans para el resto, o viceversa. Con fuentes diferentes, es cuestión de probar. El tipo de letra para el texto base puede incluir, naturalmente, la variante cursiva y en negrilla. Ambas deben emplearse sólo para enfatizar partes del documento, no en fragmentos extensos.
En general, las familias con serifas de pie, funcionan mejor como tipo de lectura en imprenta. Por el contrario, las de palo seco o sin serifas, dan mejor resultado en monitores y pantallas, sobre todo cuando hablamos de resoluciones bajas. El factor más determinante sobre la elección de un tipo de letra base debe ser su legibilidad, propiedad derivada del diseño mismo de los tipos de letra, eso es especialmente importante para los textos largos. Para bloques de texto más cortos tenemos mayor libertad de elección, y para los títulos podemos emplear la fuente que queramos, en función del espíritu del documento y la sensación que nos interese crear.
El autor del citado artículo seleccionó un modelo sencillo y muy general: un tipo de letra para el título en negrita y un tipo de letra normal en el texto base.
Un último consejo, conviene evitar lo que ya está muy visto. Un tipo de letra que todo el mundo usa hace que nuestros documentos sean indistinguibles, un producto clónico de los demás. Tipografía como Arial (Helvetica), Courier y Times New Roman son tan frecuentes que convierten un documento en algo anodino, sin impacto visual. Como alternativa hay otros tipos de letras que, siendo básicamente del mismo tipo, te sacarán del anonimato y aburrimiento a los textos que preparemos. Haga click sobre la imagen para agrandar.
0 comentarios:
Publicar un comentario
*** Gracias por dejar tu comentario *** Si deseas que publiquemos alguna información adicional deja tu mensaje ***